Repudio a los hechos ocurridos en la movilización del sábado 27 de febrero

El pasado sábado 27 de febrero, en horas de la tarde, un grupo identificado por el resto de la opinión pública y que juegan duramente en la actitud opositora al Gobierno Nacional tuvieron la idea, como si este país no hubiese sufrido lo suficiente, en colocar en bolsas de plástico negro unas diez o doce figuras envueltas, reitero, en un plástico negro muy similar, sino igual, a las bolsas que en emergencias se usan para el transporte de cadáveres. Le pusieron nombre y apellido a cada una de ellas. Eran todas personas muy conocidas y muchas de ellas de enorme respeto frente a la opinión pública en general, como ser la señora Estela de Carlotto.

Estuvieron colgadas durante un buen lapso en las rejas que circundan a la Casa Rosada. Luego fueron bajadas y arrojadas sobre la vereda alineadas. El espectáculo en sí mismo era tenebroso y altamente inquietante. Estos profetas del odio moderno no titubean con “jugar” haciendo mención explícitamente o como en este caso simulando la muerte, como el símbolo de sus objetivos políticos.

Me preocupa y mucho este desmadre absolutamente incalificable, pero que no puedo dejar de hacerlo. Son un grupo de miserables, odiadores seriales y. sin ninguna duda, con profundo desprecio hacia los sectores populares y nacionales, que hoy tienen representación genuina y popular en el Gobierno de la Nación y en las figuras del Dr. Alberto Fernández y la Dra. Cristina Fernández de Kirchner.

Tamaños opositores colocan al resto de la sociedad al borde de una reacción que percibimos que, más temprano que tarde, se concretará y deberemos lamentar las consecuencias de una justa y genuina reacción en defensa de nuestras ideas, que han sido siempre puestas al servicio de la inmensa mayoría del pueblo, al que respetamos y tenemos particular afecto y por último como una natural autodefensa. A ver si se creen que del otro lado, de quienes bien quieren a esta República, son todos mancos. No es así y en lo personal soy de los que creen que ya no hay más espacio. Ellos son los que no lo quieren, estos malditos odiadores y la ausencia del espacio promoverá, sin lugar a dudas y con los sectores más populares, con las organizaciones sociales más importantes y con los sindicatos mas significativos una ejemplar reacción, que necesariamente habrá que hacerlo a tiempo para evitar males mayores. Este grupo de desmadrados no merecen ninguna consideración, absolutamente ninguna, y es hora de ajustarse los pantalones y prepararse para ponerle freno antes de que, lo que fue un presagio con los envoltorios en plástico negro, se traduzcan en hechos reales.

En lo personal espero que actuemos a tiempo. A mis queridos compañeros y compañeras que tienen representaciones importantes en los diferentes aspectos de la vida política, social y sindical nos organicemos y, una vez mas repetiré lo que dije tantas veces, estar alertas y atentos para evitar repetir eso que algunos idiotas gritaban con voz en cuello, Viva Videla, como queriendo trasladarnos, aunque fuese con el pensamiento, a la peor época de la historia de los desencuentros entre los argentinos, como fue la nefasta dictura militar de 1976.

Que la inteligencia, la decisión y la valentía sean los motores que promuevan la defensa de las instituciones nacionales y, fundamentalmente, no permitir lesionar la autoridad que el pueblo le ha otorgado y la Constitución Nacional respalda al Gobierno de la Nación.

LORENZO A. PEPE
Diputado de la Naciòn
Secretario General
Ad-Honorem

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