Acaba de dejarnos a los 91 años de edad Horacio Guarany, tras 60 años de actividad artística que lo hizo uno de los hombres con más reconocimiento en el campo popular y folklórico.
Había nacido en Las Palmas, provincia de Santa Fe, hijo de una española y un correntino. Su padre trabajaba como hachero de la empresa británica La Forestal cuando el 15 de mayo de 1925, en pleno monte del Chaco Austral, nació el antepenúltimo de sus 14 hijos, Eraclio Catalín, que era su verdadero nombre, y pasó su infancia en Alto Verde.
En 1943 viajó a Buenos Aires y se embarcó, trabajando como cocinero y como foguista.
Cantaba en el barrio de La Boca y comenzó su carrera artística con la Orquesta de Herminio Giménez, cantando música paraguaya en guaraní. En 1957 debutó en Radio Belgrano Fue pionero del Festival de Cosquín, en 1961, y fue un clásico con conocidas composiciones como «Guitarra de medianoche», «Milonga para mi perro», «La guerrillera», «No sé por qué piensas tú», «Regalito» o «Si se calla el cantor».
Recibió amenazas de muerte, atentados con bombas, y se exilió en Venezuela, de allí pasó un tiempo en México y luego en España. La Dictadura de 1976 censuró sus discos y prohibió la difusión de “La guerrillera” y “Coplera del carcelero”. Con el retorno de la Democracia volvió a poder actuar y brindar recitales. Veinte veces llenó el Luna Park, la última el 24 de octubre del 2009.
Actualmente vivía en una quinta en Luján a la que dedicó la canción \»Romance de Plumas Verdes\», y padecía desde hace años problemas cardiovasculares, a pesar de lo cual, hasta ayer, estaba trabajando en un nuevo proyecto editorial con su biógrafo Roy Stahli, que en abril pasado publicó su biografía “Horacio Guarany: toda una vida”, y el músico compartió fotos de ese encuentro con amigos cercanos.
En el año 2006, el 17 de octubre, tuve el agrado de encontrarlo en ocasión del traslado de los restos del general Juan Domingo Perón a su descanso definitivo en la que había sido su quinta, en San Vicente, hoy Museo. Estaba en el subsuelo de la CGT, de donde partiría el féretro, cuando vi a dos artistas: Horacio Guarany y Dady Brieva. Los dos estaban allí acompañando la salida del General. Nos habíamos conocido hacía muchos años, en la fiesta de aniversario de casado de otro gran artista, Pedrito Maratea. Nos unimos en un abrazo. Horacio Guarany era afiliado al Partido Comunista y reconocía en Perón al inmenso líder de los trabajadores y se había acercado a despedirlo por lo que, por siempre, guardaré por él un cariñoso y respetuoso recuerdo.
Desde este Instituto, pedimos un aplauso para el gran artista que hoy nos dejó. Que descanse en paz.
LORENZO A. PEPE
Diputado de la Naciòn
Secretario General
Ad-Honorem