Honrar nuestras deudas, SÍ. Sobre las espaldas del pueblo, NO

Los grupos internacionales de capitales no quieren que los llamen “Fondos buitre”, prefieren que les digan “Fondos de situaciones especiales”. La realidad es que los fondos buitre crecieron al amparo de grupos de intereses económicos, sin patria, cuyo único objetivo es incrementar su dinero, sencillamente, en criollo, son lo que aquí conocemos como usureros.

Hace algunas semanas atrás, se dirigieron a  Washington un grupo de legisladores argentinos integrado por Julián Domínguez, presidente de la Cámara Baja y otros diputados oficialistas, acompañados por el jefe del bloque Frente Renovador, Darío Giustozzi; el secretario de la comisión de Finanzas, Federico Strurzenegger, del PRO; el presidente del bloque Compromiso Federal, Lino Aguilar; y el  diputado de UNEN, Martín Lousteau. También integraban la comitiva cuatro senadores oficialistas, el santiagueño y radical Gerardo Zamora, más el peronista federal Adolfo Rodríguez Saá como un modo de demostrar que ningún partido político está dispuesto a poner en riesgo su soberanía.

La deuda que entró en default en el 2001, fue reestructurada y el 93% de los acreedores aceptó una quita importante y un plan de pago que vienen cumpliéndose puntualmente. La apelación de la Argentina es solamente sobre el fondo de inversión NML Capital, Aurelius y algunos tenedores individuales que representan solamente el 5% de la deuda reestructurada

La Corte de los Estados Unidos, año tras año, responde cien casos de los tres mil que se presentan por apelación a sus fallos. Nueve miembros de esa Corte, ratificaron que a estos fondos hay que pagarles el 100%. Lo que reclamaba la Argentina era que cobraran en condiciones similares a quienes habían reestructurado sus deudas.

Esta decisión, trae aparejado el que el 93% de quienes tenían títulos en default y sí entraron en los canjes de 2005 y 2010 puedan, más adelante, reclamar pagos por encima de lo que pactaron en su momento al aceptar aquellos canjes por la cláusula de igualdad de trato, lo que sienta jurisprudencia para cualquier otra Nación soberana que deba renegociar su deuda.

La Argentina se había comprometido a no otorgar condiciones ventajosas a los que no ingresaron al canje y, de hacerlo, a brindar iguales ventajas a los aceptantes por lo cual, nuestro país quedaría expuesto a que todos los acreedores, incluyendo al 93% que aceptó el pago en cuotas y con una quita, esté en condiciones de volver a reclamar el pago total, al contado, sin quita y sin cuotas. Así, la Argentina debería pagar U$S 15.000 millones los reclamos de los tenedores de títulos reestructurados.

La otra consecuencia, sería que cualquier pago que la Argentina hiciera para cumplir con los vencimientos de la deuda reestructurada, podría ser embargado para dar ese dinero a los fondos buitre.

Estos grupos de capital puro, son los mismos que han sometido y someten a muchos países; como ejemplo, hemos visto asombrados la debacle de naciones europeas que jamás habían estado en situaciones similares, llevando adelante ajustes salvajes que han recaído sobre las espaldas de sus ciudadanos.

La Argentina quiere honrar su deuda y comparecerá nuevamente ante el juez Thomas Griesa para proponer algún acuerdo que no socave su soberanía.

Comisión Nacional
Permanente de Homenaje
al Teniente General
Juan D. Perón

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