Al cumplirse un nuevo aniversario del fusilamiento de militares peronistas en Campo de Mayo, el 9 de junio de 1956, asistimos a un acto en el lugar donde se llevó a cabo el triste hecho, donde, por disposición del Tte. Gral. Roberto Bendini se ha colocado un monolito que recuerda ese momento trágico.
Allí escuchamos la palabra oficial de un Coronel del Ejército en actividad que emocionó profundamente a los presentes. En lo que a mí respecta, fue una conmoción muy significativa.
Cuando ustedes vean la grabación de lo manifestado frente a la tropa, el cuerpo de cadetes y la banda militar, además de un plantel importante de Jefes, Oficiales y Suboficiales del Ejército, se darán cuenta cómo ha cambiado el Ejército Argentino y de qué forma está comprometido en el proceso democrático e institucional de la República.
Me emocioné hasta las lágrimas, porque el coronel en su discurso señaló puntillosamente cada uno de los episodios que finalizaron con la muerte de soldados, sin respetar siquiera las disposiciones del Tribunal Militar, que sostenían: “No hay lugar para la aplicación de la pena capital por no haber habido derramamiento de sangre”.
Y de qué forma, el Poder Ejecutivo, en manos de Aramburu y Rojas –por encima de ese tribunal que había juzgado de forma sumaria a los sublevados que intentaban restituir la voluntad popular- ordenó, con crueldad, el fusilamiento.
Los nombres de los fusilados surgen a continuación del escrito que ponemos a su disposición.
Pedimos a cada uno de nuestros compañeros y nuestras compañeras, a todos aquellos simpatizantes comprometidos con esta República, a la que amamos profundamente, elevar una oración por el eterno descanso de este grupo de valientes.
Fusilados en Campo de Mayo, 11 de junio de 1956
Coronel Eduardo Alcibíades Cortines,
Capitán Néstor Dardo Cano,
Coronel Ricardo Salomón Ibazeta,
Capitán Eloy Luis Caro,
Teniente Primero Jorge Leopoldo Noriega,
Teniente Primero Maestro de Banda de la Escuela de Suboficiales Néstor Marcelo Videla.