CLAUSURA DEL AÑO SANMARTINIANO

31 de diciembre de 1950

El 31 de diciembre de 1950 se clausura el Año Sanmartiniano en la provincia de Mendoza, de donde había partido la Expedición Libertadora.

Como corolario del Año del Libertador General San Martín, se llevó a cabo en la ciudad de Mendoza, un Congreso de Historia del Libertador. Su realización fue encomendada por la Comisión Nacional a una Comisión Auxiliar, presidida por el Dr. Ireneo Fernando Cruz.

El Congreso tuvo su sesión inaugural el 18 de diciembre de 1950 en la Universidad de Buenos Aires y luego, las distintas delegaciones se trasladaron a la Universidad de Cuyo, en la ciudad de Mendoza, en donde sesionaron todos los días hasta el 31 de diciembre, cerrando así el año de homenaje del centenario.

El general Perón, Presidente de a Nación, abrió su discurso diciendo: “Hace precisamente un año tuve el honor de declarar la apertura del Año Sanmartiniano con que los argentinos rindieron homenaje a la memoria del Padre de la Patria. Hoy he deseado declarar su clausura en Mendoza, tratando de dar su exacto simbolismo, ya que en Buenos Aires comenzó la obra que culminó en Mendoza, donde su genio inmortal forjó la gloria con en éxito de una campaña que lo inmortalizó como conductor y como libertador”.

También dijo: “He querido venir hasta Mendoza para decirles desde aquí, a los descendientes de aquellos hombres y de aquellos pueblos, en nombre de todos los argentinos, cuánto es nuestro agradecimiento y nuestra gratitud por la grandeza de su alma y el desprendimiento de su patriotismo”.

Haciendo referencia a la situación que vivía la Patria en esa época, dijo: “… los mendocinos le dieron, en Cabildo Abierto, el mando que le negaba el Director Supremo. La intuición popular de Mendoza salvó así la libertad de América”…

Sus palabras finales nos hacen pensar en el mismo general Perón. Refiriéndose a San Martín, sin saber quizás cuál era su destino, el General dijo: “En la vida y en el destino de las naciones, aparecen muy de tanto en tanto estos hombres extraordinarios que, con una época fijan una gloria y establecen una tradición. En que los demás sepan emular su gloria y prolongar su tradición, es en lo que estriba la grandeza de esos pueblos”.

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