Manifiesto mi apoyo a las declaraciones del Ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
En oportunidad de la sanción de la Ley 23.696 que desreguló el Estado, el suscripto tuvo una activa participación para evitar la privatización de los ferrocarriles. La única norma legal a mano que teníamos, debo recordar el apoyo de la diputada Olga Riutort-que presidia la Comisión de Obras Públicas de la Camara de Diputados-, era la de la concesión.
Consecuentemente dimos esa “pelea” en el seno del bloque. La mitad acompañó al recinto, la otra mitad se negó a hacerlo.No importa quienes quedaron de un lado ni del otro,sino lo que importa es la verdad histórica, la cual es que NUNCA FUERON PRIVADOS LOS FERROCARRILES ARGENTINOS.
Se dice hoy que la concesión de la actividad fracaso.Puede ser, pero no es culpa de la norma ni mucho menos del Congreso de la Nación, comparado con las dificultades en Aerolíneas Argentinas y/o en YPF, que sebuscó en un acto inteligente evitar la privatización y el camino posible era concesionar.
Menudo problema hubiera tenido la República hoy, si habría que indemnizar a cada uno de los privatizados.
No hubo privatización de ferrocarriles, siguieron siendo del Estado Nacional. Si fracasaron las concesiones fueron por ausencia de control de los organismos correspondientes, “ergo” la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), la Dirección Nacional de Ferrocarriles, la Subsecretaria de Ferrocarriles, etc. Había muchos organismos que podían haber controlado el cumplimiento estricto de la actividad ferroviaria.Esto no se hizo y la sociedad argentina lo ha pagado carísimo, tenemos muchos muertos y esto nos duele enormemente.
La intención de hace 20 años fue evitar que los ferrocarriles, herramienta de integración y desarrollo de la República Argentina y un elemento estratégico y geopolítico de una importancia innegable, fueran privatizados.
Por favor, los ferrocarriles fueron siempre del Estado, quien fracasóen el control de las concesiones…pero eso es otra historia.
LORENZO A. PEPE
Diputado de la Nación (m.c)
Secretario General
Ad-Honorem