A 200 años de una epopeya: el cruce de los Andes

Entre el 19 de enero y el 8 de febrero de 1817, el general José de San Martín llevó a cabo una de las mayores hazañas históricas argentinas: el Cruce de los Andes.

Después de la Revolución de Mayo, el 25 de mayo de 1810, entre permanentes luchas contra los realistas españoles que querían recuperar el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, San Martín tuvo la convicción de que debía tomar la base principal del poder español que tenía su sede en la ciudad de Lima, en el Alto Perú.

Después de la derrota de Rancagua, el territorio chileno estaba en manos de los realistas. Con los Auxiliares de Chile de Las Heras, las milicias mendocinas de caballería, los batallones de infantería de civiles blancos y pardos y la conscripción de todo Cuyo, preparó un ejército para la reconquista al que llamó Ejército de los Andes desde el 1° de agosto de 1816.

San Martín dispuso una “guerra de zapa”, difundiendo informaciones falsas y alarmistas en territorio chileno.

A sus propios hombres, San Martín sumó restos de tropas chilenas al mando de Andrés del Alcázar y Bernardo O’Higgins, el Batallón de Auxiliares al mando del coronel Gregorio de Las Heras.

San Martín se instaló en el campamento de El Plumerillo. Desde allí, indígenas pehuenches eran los encargados de llevar falsas informaciones anunciando que un ejército cruzaría por pasos más al sur, dispersando las fuerzas leales a la Corona española. El plan era atravesar 500 kilómetros de cordillera y precordillera, por pasos que los realistas consideraban imposibles con un ejército de cerca de 5.000 hombres, todos a lomo de burro y mula, llevando 22 cañones, 2.000 tiros de cañón, 1129 sables y 5.000 fusiles de bayoneta.

Los pobladores cuyanos instalaron una fundición de armas a cargo de Fray Luis Beltrán en la que elaboraban pólvora y municiones. Llevarían como alimento charqui (carne seca), galletas de maíz, aguardiente para el frío nocturno, ajo y cebolla para el apunamiento y mantas para cubrirse.

El Ejército de los Andes inició el cruce por los pasos de Los Patos y Uspallata llegando a una altitud de 4.000 metros. Las tres columnas al mando de Miguel Estanislao Soler, José de San Martín y Bernardo de O’Higgins avanzaron por el paso de Los Patos y las tropas de Gregorio de Las Heras y Luis Beltrán (con la artillería y el parque) tomaron la ruta para cruzar por Uspallata.

Las tropas patriotas se enfrentaron con las realistas el 12 de febrero de 1817 y esa batalla, recordada como la Batalla de Chacabuco, fue la primera victoria del Ejército de los Andes, que permitió ocupar Santiago de Chile, desalojando a los españoles.

Queremos recordar esta epopeya a través de las palabras de nuestro libertador, el general Don José de San Martín dirigiéndose a sus tropas:


“Orden General del 18 de julio de 1819
Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer cono podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje\». José de San Martín.

LORENZO A. PEPE
Diputado de la Naciòn
Secretario General
Ad-Honorem

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