En este día, queremos homenajear a las mujeres que colaboraron en la construcción de nuestra Patria, como Juana Azurduy, Teniente Coronel del Ejército, que portaba la espada entregada por Manuel Belgrano; como Macacha Güemes, que recogió la espada de su hermano, el caudillo norteño y se hizo cargo de los soldados, lanza en mano; como Juana Ruocco, que representaba a las mujeres en el mitin de la FORA en 1904; esas mujeres anarquistas que en 1909 editaban el periódico “La voz de la mujer” cuyo lema era Ni Dios, ni patrón ni marido”; como nuestras mujeres censistas, armando un padrón nuevo, timbreando casa por casa a lo largo y a lo ancho del país; como nuestras legisladoras, las primeras mujeres en el Congreso Nacional, Ana Macri, Delia Parodi, Nélida de Miguel, Juanita Larrauri, esa mujeres que sufrieron cárcel acusadas de traición por ser peronistas; como las Madres y las Abuelas de la Plaza, recorriendo cuarteles y comisarías, haciendo su ronda de los jueves, tomadas del brazo, con sus pañuelos blancos como única arma para enfrentar la dictadura sangrienta que les había llevado los hijos y los nietos, como Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Eugenia Ponce que pagaron con sus vidas por organizarse para encontrarlos; las mujeres obreras, trabajadoras de los talleres y de las fábricas, las mujeres silenciosas y silenciadas, las que disfrazan la miseria de sus mesas inventando la comida de todos los días, las que estiran el jornal del compañero para hacer la vida de la familia más digna, las que hacen las colas interminables en los hospitales, las que luchan cada día, las que no se entregan, las que no se quiebran, las que no se doblan, las que nos dan la sabiduría de sus vidas ya hechas, las jóvenes frescas que recién empiezan, a todas ellas queremos homenajear hoy recordando a Evita.
Evita Compañera, compañera de Perón y de los descamisados, de “sus grasitas”, de sus pibes y de sus ancianos, de los trabajadores, esa mujer que decía: “Defiendo lo que la mujer tiene el deber de defender: su sangre, su pan, su techo, sus ensueños”
Con Evita como bandera, hoy queremos homenajear a todas estas mujeres, a las que ya no están y a las que desde su lugar, cada día, dan batalla por una Patria más justa, más libre y más soberana.
Un abrazo a todas nuestras mujeres en su día.
LORENZO PEPE
Diputado de la Nación (m.c.)
Secretario General