El decreto 29337 del 22 de noviembre de 1949 trajo a la Argentina una igualdad nunca antes vista, la gran oportunidad para todos, sin distinciones sociales ni económicas de acceder a una educación superior que se convirtió en la base de nuestro sistema educativo en toda la República: se suspendía el cobro de los aranceles universitarios.
La democratización del acceso a la Universidad fue la posibilidad de la movilidad social e hizo que en diez años se triplicara la población estudiantil.
Después de idas y vueltas, de gravámenes agregados por las dictaduras y los gobiernos de corte conservador o liberal, en octubre del 2015, la Ley de Educación Superior estableció que los estudios de grado en las instituciones de educación superior estatales, son gratuitos sin ningún tipo de impuesto, tarifa ni arancel.
Desde ese día hace más de 70 años, la Universidad dejó de ser un privilegio de pocos. Pasó de ser una institución elitista a convertirse en la aspiración de cualquier joven que quisiera acceder a conocimientos superiores para más adelante hacer su aporte a la construcción de una nación que tuviera un lugar en el mundo.
Cada vez que escuchamos hablar de igualdad, de equidad, de distribución, tenemos que pensar en ese día en el que un decreto presidencial, la voluntad y la decisión de un Presidente, abrieron las puertas al conocimiento y todos los saberes en los más altos niveles y que ese Presidente fue Juan Domingo Perón.