2 de abril de 2011 A 29 años del desembarco argentino en las Islas Malvinas

El día 2 de abril se celebra el “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra en Malvinas” en recuerdo de los argentinos que con dolor y frustración, muchos de ellos mutilados física y espiritualmente, volvieron de las Islas y de los que allí, con coraje y patriotismo, dejaron sus vidas.

El 2 de abril de 1982, 5.000 efectivos desembarcaron en Puerto Stanley rebautizándolo Puerto Argentino. El gobierno de facto había decidido el desembarco.
Países hermanos como Nicaragua, que ofreció tropas, Venezuela que ponía a nuestra disposición su petróleo y Perú, sus aviones, nos acompañaban. La Argentina se enfrentaba a la flota más fuerte del mundo, la flota inglesa, aliada con Estados Unidos. El enemigo no podía ser más poderoso.
En el informe final de la Comisión Rattenbach, una frase nos hiela la sangre: “Nunca se planificó cómo defender las islas una vez ocupadas”.
Las vidas de 649 compatriotas son un sacrificio que aún espera una respuesta.
Los veteranos, cargados de impotencia y rabia, volvieron inconsolables, con el sentimiento de haber perdido y estar vivos, y en lugar se ser homenajeados con un gran desfile para que el pueblo argentino los aplaudiera hasta que les dolieran las manos, fueron ocultados y tratados con indiferencia. Muchos años después se logró, desde el Congreso de la Nación, convertir la pensión graciable en pensión de guerra, como lo determina la Convención de Ginebra.
El 25 de mayo del año pasado, en el marco de los festejos del Bicentenario, los pudimos aplaudir y vivar cuando desfilaron con sus ropas de combate.
No vamos hoy a enumerar los actos de heroísmo, de coraje, de valor de los que pelearon por la Patria. Basta con contar los más de 600 muertos y los 1.300 heridos y decir que ellos nos enorgullecen. Pelearon hasta el final.
Sólo queremos pedir un minuto de silencio por los hombres que arriesgaron todo en esa guerra de 74 días.
Queremos compartir con los compañeros una herida abierta: las Islas Malvinas son aún un reducto del colonialismo británico.
No dejaremos de reclamarlas.

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