El 17 de noviembre de 1972 el general Perón volvió a su patria, después de casi 18 años.
El doctor Héctor J. Cámpora, delegado personal del General, ya había anunciado su retorno en el mes de agosto y los compañeros veían que se cumpliría el sueño de todos: el General estaría entre nosotros.
A principios de noviembre, una solicitada explicaba los motivos del regreso: “…a pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mi no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible”.
El 17 de noviembre era el día clave, el día en que se convertiría en realidad la consigna escrita durante tantos años de Resistencia en las paredes de todo el país: ¡PERÓN VUELVE!
El aeropuerto Ministro Pistarini (Ezeiza) fue íntegramente rodeado con fuerzas militares para evitar que los militantes se acercaran a recibirlo.
Ese 17 de noviembre a las 11.20 horas, el DC-8 de Alitalia aterrizó en suelo argentino. El general Perón fue retenido en el Hotel de Ezeiza hasta la madrugada del día siguiente cuando decidieron liberarlo y pudo dirigirse a la casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López.
Allí lo esperaban miles de compañeros que eran protagonistas de un acto de reparación histórica, que cantaban y bailaban reclamando a su líder, esperando que se asomara a la ventana para estallar en gritos de alegría. Quizás ese día haya sido uno de los más felices en la vida de Perón.
En recuerdo de ese día, el 17 de noviembre celebramos el “DÍA DEL MILITANTE” en homenaje a los miles de compañeros que sufrieron persecución, cárcel y exilio, que arriesgaron sus vidas y en muchos casos las perdieron, por traer a Perón de vuelta a su Patria.
Para todas las Compañeras y para todos los Compañeros:
¡FELIZ DÍA DEL MILITANTE!
